Corría, entonces, el año 1991. Los ochentas nos habían abandonado, así como los colores neón, los peinados crespos y los ritmos sintetizados; ahora la gente usaba camisas leñadoras, cabello liso y largo. Acabábamos de cambiar de Constitución en Colombia por una que consideraba a las personas seres humanos: a los indios, a las mujeres, a los negros, a los homosexuales. Nuestro mercado ya no era controlado y podíamos consumir productos importados como CocaCola, Aspirina y McDonalds.
Esa apertura generó una contracultura subterránea musical muy influenciada por el grunge, pero, especialmente, por el punk que vive en nosotros; es como esas enfermedades latentes. El punk corría por nuestras venas, pero no se manifestaba por cuestiones de una sociedad cerrada: el glam, el pop, la música tropical, lo impedían.
Esa explosión subterránea, aupada por los Red Hot Chili Peppers, Pearl Jam, Nirvana y, sobre todo, el rock mexicano y argentino, hizo surgir varios grupos en nuestra dolida Bogotá. La gente buscaba sonidos y letras más cercanas (algo como la Londres de 1976), más raizales, muy al estilo mexicano, repito, con mariachis sonando al fondo de un ritmo grunge.
De allí, surgieron tres grupos que dominaron, en cierta medida, los toques (toque: m. dícese de presentación pública, en sitios cerrados o al aire libre, de grupos de origen punk, cuya audiencia, generalmente, perdía el control en algún momento). En orden de importancia: 1280 almas, La Derecha y Los Aterciopelados.
La Derecha. Era un grupo conformado por Mario Duarte (voz), Josué Duarte, el hermano (batería), Juan Carlos Rivas (bajista de grupos de Jazz) y Carlos Olarte, conocido como “Panelo” (percusión).
Josué, baterista de conservatorio (de la Universidad Nacional, mi universidad) y Juan Carlos Rivas, aportaban la “exquisitez” musical. En mi hipótesis de que todos vemos el mundo desde un punto de vista punk o metal que ya te conté alguna vez, ellos dos representaban el factor “metal” en el grupo, mientras que el Panelo y Mario eran los punkeros.
El Panelo se mató en un accidente de moto y el grupo se disolvió a pesar de que no aportaba gran cosa musicalmente (tocar congas o bongos en un grupo de punk no es gran aporte, la verdad); pero en el grupo la cosa dejó de funcionar.
Ahora, quiero que veas el video de, tal vez, la canción más famosa de ellos. El video es de 1996, posterior a nuestro momento histórico, pero lo representa bien. Con una de las modelos más deseadas del momento, Liana Gretel: Ay, que dolor.
Y quiero que, posteriormente, del mismo disco (llamado La Derecha) oigas mi canción favorita: Be A Ele A De A (tienes oir el video desde el minuto 24:53, porque está el disco completo). Te darás cuenta, lo que mejor distingue a Mario Duarte es que, básicamente, no canta. Recita la letra.
Luego de casi 20 años, La Derecha se vuelve a reunir .Yo imaginaba una re-unión al estilo Led Zeppelin o, peor aún, Kiss o Motley Crue: tipos de 50 años, simulando ser tipos de 20, volviendo a los 90s, volvemos a ser forever-young-self-destruct. Y dije: “estoy muy viejo para ver a La Derecha actuar como niños”, hasta que escuché y vi el primer sencillo del nuevo álbum: El Puñal.
Solo puedo decir: gracias. Se envejecieron, como yo; su sensibilidad es la mía ahora. Entiendo el video, como entendía Ay que dolor, hace 20 años, como si hubieran caminado conmigo todos estos años.